POLÉMICA Y ESCÁNDALO
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Una
biografía desvela los dos secretos mejor guardados de Franco
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17 de mayo de 2009 EL CHISMOGRAFO
José María Zavala,
periodista e historiador, autor deFranco,
el Republicano. La vida secreta de Ramón Franco(Ed. Áltera), que sale a la venta el próximo 22 de
mayo, nunca imaginó que su investigación desembocara en el que se va a
convertir en el libro más escandaloso sobreFrancisco
Franco.
En su libro, Zavala desvela que Franco sólo tenía un testículo ya que el otro lo perdió en la Guerra de África. Se lo confesó el propio Franco al urólogo Puigvert. El libro de Zabala, cuyas interioridades avanza en el suplemento Crónica de El Mundo, desvela además que existen dudas sobre la paternidad de su hija Carmen.
La conversación con Ana
En la investigación para escribir esta biografía, Zabalacontactó con Ana Puigvert, la nieta del célebre urólogoPuigvert, cuya vida se cruzó por azar con la de Ramón Franco, al hacerse cargo de Engracia y Ángeles, viuda e hija del hermano del dictador. En el primer encuentro del periodista con ella, le confesó que "Francisco Franco era monórquido -que sólo tenía un testículo-".
En su momento, a las expertas manos del abuelo de Ana Puigvert, se encomendaron presidentes como Juan Domingo Perón (Argentina), Juscelino Kubitschek Brasil), Rafael Leónidas Trujillo (República Dominicana), Enrique Jiménez (Panamá) y Fidel Castro (Cuba); generales como Agustín Muñoz Grandes; banqueros como Juan March e Ildefonso Fierro; pintores como Salvador Dalí y José María Sert; y hasta el papa Pablo VI.
En su libro, Zavala desvela que Franco sólo tenía un testículo ya que el otro lo perdió en la Guerra de África. Se lo confesó el propio Franco al urólogo Puigvert. El libro de Zabala, cuyas interioridades avanza en el suplemento Crónica de El Mundo, desvela además que existen dudas sobre la paternidad de su hija Carmen.
La conversación con Ana
En la investigación para escribir esta biografía, Zabalacontactó con Ana Puigvert, la nieta del célebre urólogoPuigvert, cuya vida se cruzó por azar con la de Ramón Franco, al hacerse cargo de Engracia y Ángeles, viuda e hija del hermano del dictador. En el primer encuentro del periodista con ella, le confesó que "Francisco Franco era monórquido -que sólo tenía un testículo-".
En su momento, a las expertas manos del abuelo de Ana Puigvert, se encomendaron presidentes como Juan Domingo Perón (Argentina), Juscelino Kubitschek Brasil), Rafael Leónidas Trujillo (República Dominicana), Enrique Jiménez (Panamá) y Fidel Castro (Cuba); generales como Agustín Muñoz Grandes; banqueros como Juan March e Ildefonso Fierro; pintores como Salvador Dalí y José María Sert; y hasta el papa Pablo VI.
Puigvert, enigmático sobre lo que
sabía
Puigvert fue quien operó también a
Nicolás Franco, hermano mayor de Francisco, a un hijo de Pilar, y a la viuda e
hija de Ramón. El propio doctor recordaba así a Franco, en sus memorias:
"Me consideré siempre amigo suyo. Amigo personal, no en lo político".
En otro pasaje se mostraba enigmático, dando a entender que conocía numerosas
interioridades: "He tenido muchas conversaciones con el general Franco.
Nos hemos visto en muchos sitios y en muy diversas coyunturas. He hablado con
él de temas que nadie llegaría a sospechar...".
Zabala explica que si Franco era
monórquido, su origen se remontaba a la sangrienta guerra de África, donde el
joven capitán cayó gravemente herido en el verano de 1916, durante la conquista
de El Biutz, un pequeño poblado a ocho kilómetros de la capital ceutí que ponía
en peligro las comunicaciones con Tetuán.
Las heridas de El Biutz
Fue la noche del 28 al 29 de junio.
Franco, de 23 años, tomó el mando. Ante la amenaza de una maniobra envolvente,
recogió el fusil de un soldado herido, caló la bayoneta y se lanzó aguerrido al
ataque arrastrando al resto de sus hombres. Fue entonces cuando los disparos le
alcanzaron en el bajo vientre. El joven capitán dobló la rodilla y cayó
desplomado. Aquellos fueron días difíciles, en los que llegó incluso a temer
por su vida, pues pidió confesión al capellán castrense Carlos Quirós
Rodríguez. Pero Franco tenía baraka. "He visto pasar la muerte a mi lado
muchas veces, pero, por fortuna, no me ha reconocido".
Todos sus biógrafos se hicieron eco de
aquella jornada de heroísmo con más o menos detalle. Pero sólo Ramón Garriga,
autor de varias biografías de los Franco, en su libro La Señora de El Pardo,
fue más allá: "En el caso que nos interesa se hablaba de que la gravísima
herida sufrida por el general en 1916, en el abdomen, lo había dejado
incapacitado para procrear. Al parecer, todo era normal en el acto sexual, pero
algo fallaba en el líquido seminal que impedía que la operación terminara con
un feliz engendramiento; los expertos definen esos casos como esterilidad
temporal".
El misterio que envolvía a la hija
Ese algo que, según Garriga, impedía a
Franco procrear podía ser precisamente la ausencia de un testículo, lo cual, sin
convertirle necesariamente en un hombre estéril, reducía su fertilidad hasta el
punto de explicar por qué había sido padre de una sola hija, cuando la mayoría
de sus compañeros lo eran entonces de familias numerosas.
Resultaba también extraño que Francisco
y Carmen, según cuenta Zabala, tardasen casi tres años en traer al mundo a su
primera y única hija, desde su boda celebrada en octubre de 1923. Muerto Ramón
Franco, la grave herida del Biutz desató todo tipo de comentarios sobre la
verdadera paternidad de la única hija de Francisco, Carmen Franco Polo, nacida
en Oviedo el 14 de septiembre de 1926. Nunca hubo imágenes de Carmen Polo
embarazada. Tampoco se conocen hoy fotografías de la madre y de la hija juntas
durante la primera infancia de ésta; algo muy raro también. Hasta que
Carmencita no cumplió diez años, en 1936, no posó misteriosamente ante las
cámaras.
La Gaviota, la fulana de piernas
largas
Zabala recoge también el testimonio
del falangista Ángel Alcázar de Velasco, amigo de Ramón Franco y seguidor fiel
de sus increíbles peripecias. Es una asombrosa declaración al psicoanalista
Francisco Martínez López, que éste registró en cinta magnetofónica y publicó en
la revista FerrolAnálisis: "La hija de Francisco -aseguraba Alcázar de
Velasco- era hija de Ramón y no de él. Esa hija era de Ramón y de La
Gaviota".
"Esta chica (La Gaviota) era una
gallega, sin padre conocido -continúa-. Pobre mujer. A los 12 años se fue a La
Coruña. Dormía en la calle. Fue a una casa de putas y, como tenía las piernas largas,
la llamaban La Gaviota. La muchacha encontró un indiano viejo. Murió el
indiano. Se pensó si la chica le daría alguna pócima. Se marchó a Algeciras.
Entró en una casa de fulanas llamada La Inglesa. Como era alta, la llamaron La
Garza. Ramón la encontró. Se lió con ella. Se la llevó a su casa. Como era muy
celoso, la pegaba".
Muerte a los cinco días del parto
De Velasco relataba así el desenlace:
"Entonces quedó embarazada La Garza. A los cinco días del parto, murió.
Entonces Carmen se hizo cargo de la niña. No consta como embarazada en ningún
sitio (...). Durante esa fecha se hace un cortometraje en el que se muestra que
doña Carmen no está embarazada".
Cuando la pequeña contaba poco más de
veinte meses, Franco y Carmen Polo concedieron una reveladora entrevista a la
revista Estampa. Preguntado sobre cuál había sido la mayor alegría que
disfrutaron juntos, Franco respondió: "El día que desembarcó el Ejército
español en Alhucemas, el instante de leer que Ramón había llegado a Pernambuco
y la mañanita que nos casamos". Curiosamente, Franco olvidó mencionar el
día que nació su única hija. El libro de Zabala promete remover muchos
recuerdos y convertirse en una biografía de escándalo.
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